Plaza de Madrid

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En las gafas se refleja el ruedo de Las Ventas.

jueves, 6 de marzo de 2014

A propósito del Mundial de Fútbol en Brasil: EL FALCAO QUE CONOZCO

Un hombre ejemplar, entregado a Dios, a su familia y a su profesión. 
Por María Herrera - mamahesu@hotmail.com
Radamel Falcao García.
Sus hazañas deportivas son noticia mundial y su camiseta No. 9 con la que juega en la Selección Colombia, es más popular en los hogares que el cuadro de la última Cena, cuando se usaba tenerlo en el comedor familiar.


Falcao y su padre Radamel García.
En el año 1996 conocí a un niño de 10 años de edad, de nombre Radamel Falcao García Zárate, nacido en Santa Marta, Colombia. Me lo presentó su padre Radamel García Quinn. Le conté que mi madre, la periodista Margarita Suárez, directora hoy de la revista NUEVA IMAGEN COLOMBIANA, había tratado personalmente a Pablo Roberto Falcao, ex integrante de la Selección Brasil de fútbol, quien pasó una temporada en Colombia cuando el equipo se preparaba para un mundial. Radamel padre me confesó entonces que precisamente por su admiración a este deportista, había tomado el apellido como nombre para su hijo.

Falcao con la bandera de Colombia.
Falcao, el nuestro, había sido llevado por su padre al Club Deportivo Fair Play en 1995. En esta Escuela de Fútbol permaneció hasta que el director de la entidad, Silvano Francisco Espíndola, lo llevó a River Plate de Argentina, cinco años después, cuando cumplió 14 años.


Compañeros

Radamel padre había sido compañero de Silvano en Unión Magdalena y Tolima, ya estaba retirado del fútbol profesional donde jugó por varios años como defensa, pero seguía metido en el ambiente deportivo apoyando a su hijo a quien acompañaba a todas partes. 
Su situación económica era difícil. Manejaba un destartalado taxi que se le varaba a toda hora, montó una Escuela de Fútbol que no dio los resultados esperados y finalmente terminó trabajando en la Escuela Fair Play como asistente técnico.



Falcao con la camiseta del Unión Magdalena, donde militaba su padre.


Benefactor
Silvano era el benefactor de la familia García Zárate. No sólo le dio trabajo a Rada, como le llamábamos cariñosamente al padre de Falcao, sino también a su esposa Carmenza Zárate, madre de quien hoy es el gran futbolista internacional, delantero en el AS Mónaco de la Ligue 1 de Francia.

Les ayudaba en todo, incluso Falcao estudiaba becado en Chía, en el Gimnasio Cristiano de propiedad de Casa Sobre la Roca, iglesia de la cual era Pastor el propio Silvano, a su vez yerno de Darío Silva Silva, el máximo jerarca de esa congregación, padrastro de la esposa de Silvano. 

Falcao lloró en un programa de TV al ver las imágenes de su infancia.

Valores y principios

Silvano Espíndola se preocupaba por instruir a Falcao y a los demás muchachos en el aspecto futbolístico y espiritual, inculcándoles valores y principios, que Falcao asimiló maravillosamente, siendo hoy su comportamiento un ejemplo para la sociedad. En los viajes que el equipo hizo a Dinamarca y Suecia, en el año 1997, Silvano multaba el mal comportamiento y las groserías que dijeran los muchachos. El dinero que se recaudaba servía para comprar las tortas de cumpleaños.

Hubo otras personas que también aportaron en la formación deportiva de Falcao, como los profesores Guillermo Villarreal, Hernán Pacheco y desde luego sus padres, a quien todos apreciábamos por tratarse de gente amable y sencilla.


Su mentor

Silvano Espíndola, nacido en Argentina, residía en ese entonces en Bogotá, ahora vive en una población de la Florida, Estados Unidos. Fundó la Escuela de Fútbol Fair Play, donde hacía de todo un poco, es decir la dirigía, manejaba los equipos y jugaba con los mayores en los torneos de competencia.

Fue futbolista profesional, muy talentoso, empezó su carrera en el Club Los Cebollitas junto a Diego Armando Maradona, llegó a jugar con la Selección Argentina y tuvo una época muy buena en Colombia con Millonarios, Independiente Medellín, Unión Magdalena y Deportes Tolima, lo que le permitió conocer a su esposa Patricia y quedarse a vivir en Colombia.

Silvano Espíndola y Falcao.

Prodigio

En Fair Play se hablaba de Falcao como un niño prodigio. Según repetía Silvano, era mejor que Maradona e iba a ser el jugador más grande del mundo. Lo hizo debutar en Primera B profesional cuando apenas tenía 13 años de edad, en Lanceros Fair Play, fusión entre Lanceros Boyacá y la Escuela Fair Play.

El equipo actuaba de local primero en Chía y posteriormente en el Estadio La Independencia de Tunja. Cada ocho días viajábamos desde Bogotá a Tunja, a acompañar a los jugadores en sus partidos de locales y a los otros lugares cuando eran visitantes, debido a que mi hermano Jorge, hoy futbolista profesional al servicio de Charlotte Eagles, en los Estados Unidos, formaba parte del grupo.

Los partidos en Tunja se hacían los sábados a las 7 pm (con un frío terrible), no se podía los domingos porque Silvano tenía que predicar y él era jugador del equipo. Hernán Pacheco, campeón de la Categoría B con Fortaleza FC, equipo que ascendió este año a la A, era el Director Técnico. 



Falcao con la Selección Colombia.
Coplas

Mientras pudiera, Falcao acompañaba al equipo profesional, jugara o no jugara. En la tribuna, sobretodo cuando había partido cerca de Bogotá, organizaba los cánticos con los muchachos de Fair Play. Llevaba en papelitos los textos que copiaba de las barras argentinas y los repartía para armar los coros, que decían más o menos lo siguiente:

"Movete Fair Play, movete;

movete Lanceros Fair Play;

ésta hinchada está loca,

hoy no podernos perder….”




Falcao y su esposa Lorelei Tarón.




Falcao jugó su primer partido en un encuentro de visitantes contra el Deportivo Pereira el 28 de agosto de 1999, convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en un torneo de fútbol profesional en Colombia. En esa ocasión mi mamá escribió un boletín de prensa sobre el acontecimiento que varios medios de comunicación reseñaron. Posteriormente jugó un partido de local en Tunja entrando en el segundo tiempo y al año siguiente estuvo en siete partidos.

Anécdotas

Como el equipo no tenía recursos para nada y generalmente les tocaba a los jugadores viajar en las destartaladas busetas del Gimnasio Cristiano y dormir en las sedes de Casa Sobre la Roca, las mamás de los deportistas conseguían dinero con rifas, bazares, etc. 
En cierta ocasión, un benefactor regaló camisetas blancas estampadas con bonitos dibujos y antes de llegar a Pereira las señoras las pusieron en venta al borde de la carretera en el carro en que viajaban. Con esos ingresos pagaron los gastos del desplazamiento de los jugadores. Otra vez, se le fueron las luces a la buseta y regresamos a Bogotá alumbrando la carretera con nuestro carro adelante.
Aparte de Falcao que es el primogénito, la familia la completan Melanie y Michelle, hoy con 19 y 17 años de edad, respectivamente, hermanas de Falcao. Recuerdo que Carmenza las llevó muy pequeñitas a nuestra casa cuando nos visitó para enviarle algunas cosas a Falcao con mi hermano Jorge, quien vivía en Buenos Aires y se encontraba en Colombia de vacaciones. 

Falcao con Carolina Vargas, esposa de mi hermano Jorge Herrera y su hijo Jerónimo.


Falcao fue muy deferente con mi cuñada, su hijo Jerónimo, y mis 
padres Margarita y Jorge,  durante su visita a Neiva.

Mi sobrino Jeronimo fue el que más disfrutó con Falcao.

Falcao firmando la camiseta a mi primo Luis Miguel Suárez.

Callado y tímido
Falcao era callado y algo tímido, pero cuando tenía un balón en sus pies se transformaba en líder. Se crecía tanto en el campo de fútbol que Silvano tuvo que llamarle la atención. Según Silvano, Falcao tenía el síndrome de ser el mejor del equipo y a veces se fastidiaba cuando un compañero perdía la pelota o no se la daba. “Me lo llevaba a caminar y le decía algo que estoy seguro que lo marcó a él: vos sos el mejor jugador del equipo. Si vos regañás a tus compañeros, se van a caer; si lo regaña algún otro no les importa, pero en cambio si los animás, vas a tener diez fieras atrás, porque sos un referente”. Cuenta Silvano que después de eso cambió, se volvió un líder positivo y con Fair Play ganó todas las copas de la liga.
Viajaba en volquetas
Los García Zárate vivían en un barrio humilde del norte de Bogotá. La vida de Falcao era difícil, él mismo recuerda que cuando entrenaba con la Selección Bogotá, echaba dedo para que lo llevaran y así ahorrar unos pesos. Por lo general eran volquetas las que lo recogían. "Llegaba a mi casa a las 8:30 de la noche, muerto. A veces no podía hacer las tareas del colegio. Me acostaba a las 11 y al otro día, a las 5 de la mañana, otra vez, arriba".
El fútbol y sus obligaciones escolares le copaban todo el tiempo. En una entrevista comentó: "Yo veía a mis compañeros de clase que se tomaban un día libre, iban a un centro comercial. Yo no. No pude disfrutar de mi adolescencia como la mayoría. En Colombia nunca fui a una discoteca".

Celebrando con su compañero de equipo en Mónaco, James Rodríguez.
Su gol
Las estadísticas señalan que el 25 de julio de 2000 en el Estadio Olímpico del Sol de Sogamoso, Falcao anotó su único gol en un equipo profesional de Colombia, en un partido contra El Cóndor, que era la Primera B de Santa Fe, donde ese año empezó a jugar mi hermano. Por esa razón estábamos en el estadio con nuestra familia y pudimos presenciar el acontecimiento. Lo felicitamos a pesar que el gol fue en contra nuestra.
Poco después Falcao viajó a Argentina, donde se vinculó a River Plate empezando a entrenar en el equipo de octava división. Tan sólo cuatro años después debutó en la liga profesional gaucha. Ocurrió en el Torneo Clausura 2005 cuando River Plate era dirigido por Leonardo Astrada.
Buenos Aires
En el año 2004 mi hermano fue contratado por un año para jugar en Huracán de Buenos Aires, que actuaba de local en el Estadio Parque Patricios. Falcao, que siempre ha sido buen amigo nuestro, estuvo pendiente de su ex compañero y asistía a algunos partidos a pesar que no era hincha de Huracán. Cuando en Diciembre de ese año mi mamá viajó a Buenos Aires, Falcao y unos amigos comunes la invitaron a comer a un restaurante que era visitado por gente del fútbol.
En esa ocasión mi madre comentó que Falcao debía estar muy aburrido de llevar casi cuatro años en River Plate y no jugar todavía un partido en primera división. La respuesta de mi hermano fue contundente: “No se preocupe que Falcao va a jugar en primera y va a ser un figurón”. Lo decía porque lo había acompañado en varios partidos de divisiones inferiores y su actuación dejaba a todos gratamente sorprendidos.
Falcao estaba a punto de despuntar, pero había tenido momentos duros en Argentina. Vivía en la pensión del club River Plate, en un cuarto que compartía con dos compañeros. Le costó trabajo acostumbrarse al frío del invierno y cada vez que viajaba a Colombia le robaban los guayos y los abrigos. Cuando debutó en la A, su mamá y sus dos hermanas se fueron a vivir con el a Buenos Aires en un apartamento.
Falcao con mis padres en Buenos Aires, cuando jugaba en River.

El reencuentro
Después que mi hermano regresó de Argentina, nos íbamos enterando poco a poco de los logros de Falcao. Uno de los que más alegría nos causó en la familia, fue su salto al fútbol europeo. En 2009 llegó al Porto de Portugal y como ya me encontraba viviendo en España y es tan cerquita un país del otro, le pedí a mi hermano el pin de Falcao y me puse en contacto con él para ofrecerle mi casa en Madrid. 

Al cabo del tiempo Falcao fue con la Selección Colombia a España y me llamó para invitarme al partido amistoso que jugarían en el estadio que más tarde sería su campo, el Vicente Calderón. No lo dudé ni un segundo y me fui a verlo con mi primo Sebastián Álvarez que vive en Alaska y por esos días me había ido a visitar.

María Herrera, autora de este artículo y Falcao García.

En el Atlético
Al poco tiempo, en España fue creciendo el rumor que Falcao sería contratado por el Atlético de Madrid. El fichaje se hizo y el astro colombiano llegó en el verano del 2011 a la capital española acompañado de su esposa argentina, Lorelei Tarón, a quien conoció en la iglesia cristiana de Buenos Aires a donde ambos concurrían. Los casó en Argentina el propio Silvano Espíndola, el 12 de diciembre de 2007.

Nos volvimos a contactar y Falcao me invitó a uno de sus primeros partidos en el Vicente Calderón. Me dio el teléfono de la esposa y me dijo que me pusiera de acuerdo con ella para que nos sentáramos juntas en la tribuna. Hablé con Lore y quedamos de vernos en una de las entradas del estadio.

A ella la traían la esposa y los hijos de Amaranto Perea. Yo no conocía a Lore, pero enseguida la vi supe que era ella. Es despampanante, alta, rubia y con unos ojos profundamente azules, además estaba con dos niños morenitos igualitos a Perea. Nos saludamos y tuvimos que esperar un rato mientras la esposa de Amaranto parqueaba el carro.

Falcao hizo firmar de sus compañeros, la camiseta 
del Atlético de Madrid, para María Herrera. 

Nos perdimos el gol
Se nos había hecho muy tarde y desde afuera escuchábamos el ruido que indicaba que el partido había empezado. Estábamos esperando en la entrada cuando el estadio entero gritó GOOOOL. Nos lo perdimos y para más rabia había sido de Falcao. Lore además de linda por fuera, lo es más aún por dentro. Es amable y tierna. Después del partido, Falcao nos invitó a cenar a un restaurante al que fuimos con Lore, un amigo de Portugal y yo.

En la cena hablamos de muchas cosas, varias anécdotas. Recordamos la época de Fair Play y todo lo que había que inventarse para que el equipo pudiera cumplir con los compromisos. Me contaron detalles de cómo se conocieron Falcao y Lore. Con este tema no hacen más que bromear, pues Falca, como le llamo yo, sostiene que Lore se moría por él y Lore dice que el que se derretía por ella era él. Le creo más a Lore, pues a Falcao se le cae la baba mirándola. La verdad es que es una pareja espectacular y se les nota el amor que se tienen.

Casa y carro
Mientras buscaban casa en Madrid, la pareja vivía en el AC Hotel La Finca, que es una urbanización lujosa, en Pozuelo de Alarcón, al noroeste de Madrid, donde han tenido su hogar futbolistas de la talla de Beckham, Kaká, Diego Forlán y actualmente Ronaldo e Iker Casillas.

En esa misma urbanización les mostraron las primeras casas, de hecho una de las que visitaron era la de Diego Forlán. A ambos le parecieron desorbitados los precios y prefirieron buscar en otra parte.

Falcao con su hija Dominique.

Subían el precio
Se encontraron con algo insólito. Cada vez que llegaban a ver una casa y reconocían a Falcao, les pedían cantidades desorbitantes de dinero. Así que optaron porque fuera Lore sola a ver las viviendas, sin decir quien era.

Ellos tenían muy claro cómo querían la casa, pues Falcao nunca había vivido en espacios amplios, soñaba con eso y Lore lo sabía perfectamente. Así fue como encontraron una preciosa edificación en la que vivieron el resto de su estadía en España. También estaban buscando carro, Falcao quería uno en especial y de casualidad yo conocía al jefe de ventas de la marca que Falcao deseaba, así que los puse en contacto.

Falcao toreando.

Cinco cero
El último fin de semana de septiembre de 2011, fue uno de los momentos más tristes de la tauromaquia mundial. Ese fin de semana se celebraban las que serían las últimas corridas de toros en la plaza Monumental de Barcelona, España. Yo debía asistir por trabajo, pues había quedado con la televisión de Al Jazeera de Arabia, para dar unos informes en el noticiero. Pero sobre todo asistía por afición.

Ese fin de semana coincidía con que el Atlético de Madrid jugaba de visitante contra el Barcelona. Falcao me propuso ir al partido en cuanto terminara la corrida. Debí salir corriendo de la plaza en medio del fervor y protesta de la gente por tratarse de la última tarde de toros en Barcelona. Pero me faltaban piernas, pues no quería perderme ver jugar a Falcao contra el equipo de Lionel Messi y de paso conocer el Camp Nou. Ese día no hubo suerte en el marcador. El Atlético perdió 5-0 en uno de los mejores partidos de Messi, jugador que me impresionó por su habilidad y destreza, me pareció de otro planeta.

Falcao y su esposa Lorelei.

Lleno total
En la tribuna estaba sentada con Lore y un amigo de Falcao de Argentina y la esposa de este. Cada vez que marcaba un gol el Barcelona había gran estruendo y Lore sólo atinaba a tocarse la frente, impactada por la paliza. Quedamos en un lugar privilegiado, muy cerca de la cancha, desde donde apreciábamos en detalle a los jugadores. Ese estadio es imponente, enorme. Al mirar para arriba parece como si la gradería no tuviese fin. Estaba totalmente llena de público, como decimos en Colombia “no le cabía un alma más”. Desde luego casi todos hinchas del Barça.


En Neiva, con el Alcalde Pedro Hernán Suárez y su esposa 
Madeleine Pantoja, durante el partido Atlético Huila vs Atlético de Madrid.

En Neiva
Siendo el Atlético de Madrid campeón de la Liga de Europa, se presentó en el Estadio Plazas Alcid,  con motivo de la celebración de los 400 años de Neiva, el 22 de mayo de 2012. Falcao me mandó un whatsApp preguntándome qué tal era el Hotel Plaza. Obviamente le dije que estaba muy bien y no volvió a preocuparse por el tema.
Aunque viajó a Neiva, no pudo jugar por haberse lesionado. Eso causó malestar pero Falcao estuvo presente en el estadio durante todo el partido contra el Atlético Huila. En la mañana tuvo la deferencia con mis padres, mi cuñada y mi sobrino de recibirlos en el Hotel y tomarse muchas fotos con ellos.
Lejos
Hoy día poco tengo la oportunidad de ver a la maravillosa pareja de Falcao y Lore, incluso no conozco personalmente a su hija Dominik. La distancia entre Madrid, donde resido y Mónaco, donde se encuentran ellos, no es mucha, pero infortunadamente no hemos podido volver a coincidir. Falcao sigue triunfando y eso me hace muy feliz.




























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